- "Había reparado en esta (aureola) hace unas semanas, pero no fue hasta que la advertí, de frente, el otro día paseando, cuando me vino algo que quiero compartir. Se asocia a “santidad” y no en vano se asocia a San Juan, como bien ya se ha indicado".
En primer lugar este águila, más amable, ha pasado por cierto proceso (desde su ubicación -de dictar y simbolizado por esa “enseñanza” forzada -águila más cuadrada- a través de el posicionamiento uni-versitario) hasta llegar al parque o lugar de re-creo donde alcanza cierto status beatífico simbolizado por la aureola y reforzado por el rebaño de palomas ante tal púlpito.
Todo esto de San Juan también me sugiere bautismo. No en vano hablamos de baño y re-baño. Y lo curioso es que el hilo conductor y temático es el äguila roja. El águila ha pasado de nacer sin un nombre a ser santificado por medio del rito bautismal en sangre con tintes carmesí (rojo de sangre, rojo de pasión-sacrificial por la “gloria” de los españoles, rojo de muerte). En el parque se ha vestido de rojo y ha trascendido a su santidad por el bautismo (nombramiento-re-conocimiento).
Es como si fuera una suerte de ave Fénix que vuela hacia abajo hacia (su polaridad): la sombra de la luz-sol, que bien puede ser la baja pasión representada por la sangre, y allí toma su nombre por medio del bautismo santificador.
Gracias a la aportación la paloma negra, ya que en este contexto, sugiere el simbolismo opuesto y en cierta manera “ el doble” de la paloma blanca (inocente). Una paloma negra es la compañera perfecta del águila roja. Ciertamente, parece que si un elemento hubiera de bañarse en sangre, éste es el águila que representa “quién se mancha las manos de sangre” las palomas se visten de negro a la par, en este proceso: es el luto por sus propias pérdidas.
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